Europa está decidida a reducir su dependencia de Starlink, el sistema de satélites de Elon Musk, y está preparando su propia alternativa con empresas aeroespaciales como Airbus, Leonardo y Thales Alenia Space. Este proyecto, conocido provisionalmente como ‘Proyecto Bromo’, busca garantizar la soberanía tecnológica europea y reforzar la seguridad en telecomunicaciones, compitiendo en un sector dominado por compañías extranjeras.
La necesidad de contar con una infraestructura propia en telecomunicaciones satelitales ha sido un tema recurrente en la agenda de varios gobiernos europeos, con posturas divergentes entre países como Italia, Francia y Alemania.
Europa prepara su propio Starlink
El objetivo principal es construir una red de satélites de órbita terrestre baja (LEO) como alternativa a Starlink en telecomunicaciones comerciales y gubernamentales, evitando depender de infraestructuras controladas por empresas extranjeras y ganando autonomía en sectores estratégicos.
La creación de este nuevo competidor satelital, llamado IRIS, enfrenta desafíos en cuanto a normas de competencia de la Unión Europea, que podrían dificultar la aprobación de la alianza y generar preocupaciones sobre posibles monopolios que limiten la competencia en licitaciones institucionales.
La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, busca fomentar la competitividad de las empresas europeas a nivel global, pero la aprobación de fusiones estratégicas sigue siendo un tema controvertido, especialmente tras bloqueos anteriores.
La urgencia de un sistema de satélites europeo
La información sobre reducir dependencia de Elon Musk es esencial para comprender este tema.
Airbus y Thales forman parte del consorcio IRIS² financiado por la UE para desarrollar una constelación de satélites ciberseguros, aunque han enfrentado retrasos y disputas internas en el proceso. La importancia de actuar con rapidez en sectores estratégicos como aeroespacial y defensa es fundamental para evitar vulnerabilidades en comunicaciones seguras, marcando una necesidad estratégica para Europa.
A pesar de los desafíos, si los gobiernos europeos logran superar barreras burocráticas y diferencias nacionales, esta iniciativa podría marcar un hito en la soberanía tecnológica del continente frente a competidores como Starlink de Elon Musk.