El cambio climático está intensificando las olas de calor en todo el mundo, y España no es una excepción. Un reciente estudio revela datos alarmantes sobre el impacto de las altas temperaturas en la mortalidad estival, arrojando luz sobre la urgente necesidad de implementar medidas preventivas y de adaptación.
El peligro silencioso de las temperaturas extremas
Las olas de calor no solo afectan el día en que se producen, sino que sus efectos mortales pueden extenderse hasta tres días después del pico de temperatura. Según el profesor Manuel Gómez Barrera, experto en Bioestadística de la Universidad San Jorge (USJ), por cada grado que supere los 38°C, existe un 25% de fallecimientos atribuibles a temperaturas extremas en los tres días siguientes.
Grupos de riesgo y factores agravantes
Las personas mayores de 85 años son las más vulnerables, representando tres de cada cuatro casos de fallecimientos relacionados con el calor. Sin embargo, el riesgo comienza a aumentar a partir de los 65 años. Además, la contaminación y el ruido en zonas urbanas pueden exacerbar los efectos negativos de las altas temperaturas.
La primera ola de calor: la más letal
El estudio revela que la primera ola de calor del año es responsable del 34% de la mortalidad relacionada con altas temperaturas. Esto subraya la importancia de estar preparados desde el inicio de la temporada estival.
Medidas de prevención y adaptación
Ante la inevitabilidad de futuras olas de calor debido a la emergencia climática, es crucial adoptar estrategias tanto a nivel individual como comunitario:
–Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día.
–Mantenerse hidratado, bebiendo agua frecuentemente.
–Evitar actividades físicas intensas al aire libre durante los períodos más calurosos.
–Optar por comidas ligeras y frescas.
–Asegurar un descanso adecuado en ambientes frescos.
A nivel urbano, se recomienda la descongestión de las ciudades y la creación de más zonas verdes para mitigar el efecto isla de calor.
El papel de las autoridades y la conciencia pública
Las autoridades sanitarias y meteorológicas juegan un papel crucial en la prevención de muertes por calor. La AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) emite alertas tempranas que deben ser ampliamente difundidas y tomadas en serio por la población.
Es fundamental que los medios de comunicación y las instituciones educativas contribuyan a sensibilizar sobre los riesgos del calor extremo y las medidas preventivas, especialmente entre los grupos más vulnerables.
Conclusión: un desafío colectivo
El aumento de las temperaturas debido al cambio climático plantea un serio desafío para la salud pública. La concienciación, la prevención y la adaptación son claves para reducir la mortalidad asociada a las olas de calor. Solo mediante un esfuerzo conjunto de la sociedad podremos mitigar los efectos mortales de las altas temperaturas y proteger a los más vulnerables.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo después de una ola de calor persiste el riesgo de mortalidad? El riesgo de mortalidad puede extenderse hasta tres días después del pico de temperatura, aunque algunos efectos menos graves pueden persistir hasta una semana.
¿Quiénes son los más vulnerables a las olas de calor? Las personas mayores de 85 años son las más vulnerables, seguidas por aquellas mayores de 65 años. También están en riesgo las personas con enfermedades crónicas y los niños pequeños.
¿Cómo puedo protegerme durante una ola de calor? Manténgase hidratado, evite la exposición al sol en las horas centrales del día, use ropa ligera y de colores claros, y busque lugares frescos. Si es posible, use aire acondicionado o ventiladores.
¿Qué papel juega el cambio climático en el aumento de las olas de calor? El cambio climático está intensificando la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor en todo el mundo, lo que hace que estos eventos sean cada vez más peligrosos para la salud pública.
¿Cómo pueden las ciudades adaptarse para reducir el impacto de las olas de calor? Las ciudades pueden implementar más zonas verdes, mejorar la ventilación urbana, crear «corredores de enfriamiento», y promover la construcción de edificios energéticamente eficientes y resistentes al calor.