La ciencia nos sorprende con un descubrimiento digno de ciencia ficción. Investigadores de la Universidad de Stanford han logrado transparentar la piel y tejidos de animales vivos utilizando tartracina, el colorante presente en los Doritos.
Del Snack al Laboratorio: Una Innovación Inesperada
Este avance promete transformar la investigación biomédica y mejorar procedimientos médicos. El equipo liderado por Guosong Hong ha desarrollado una técnica que permite observar vasos sanguíneos, órganos y estructuras internas de ratones vivos sin cirugía invasiva.
La tecnología funciona aplicando tartracina tópicamente, igualando los índices de refracción de las estructuras biológicas. Esto reduce la dispersión de la luz, permitiendo su penetración más profunda en los tejidos. Sorprendentemente, el proceso es reversible: al retirar el colorante, los tejidos recuperan su opacidad normal.
Las aplicaciones potenciales abarcan desde la mejora en procedimientos médicos y detección precoz del cáncer hasta avances en investigación biomédica y monitoreo no invasivo de tratamientos.
Martín López, del Instituto de Óptica Daza de Valdés (CSIC), explica que el método funciona al reducir el contraste entre los índices de refracción de las estructuras biológicas. Pablo Artal, del Centro de Investigación en Óptica y Nanofísica (CIOyN), destaca lo contraintuitivo del descubrimiento, ya que los colorantes típicamente absorben luz.
Este avance no solo abre nuevas puertas en biomedicina, sino que desafía nuestra comprensión de la interacción entre luz y materiales biológicos. Demuestra el poder de la investigación interdisciplinaria y el pensamiento innovador.
Mientras esperamos ver el desarrollo de esta tecnología, una cosa es clara: la próxima vez que disfrutemos unos Doritos, estaremos saboreando no solo un aperitivo, sino un potencial avance médico revolucionario.