El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha tomado una decisión estratégica que promete sacudir el panorama político español: adelantar el Congreso Federal del partido a este otoño. Esta movida, inesperada para muchos, busca «activar» las filas socialistas y proyectar una imagen de unidad en un momento crucial para la formación.
El último Congreso Federal del PSOE tuvo lugar en octubre de 2021 en Valencia, y según las normas internas, no correspondería celebrar otro hasta 2025. Sin embargo, Sánchez ha decidido acelerar el proceso, con la mirada puesta en varios frentes. Fuentes del partido señalan la necesidad de «poner en marcha» tanto a militantes como dirigentes, especialmente en aquellas zonas donde la actividad partidaria se percibe estancada. El adelanto permitirá realizar cambios en las estructuras regionales, preparando al partido para el próximo ciclo electoral.
Al convocar el congreso en un momento de relativa fortaleza política, tras el éxito de Salvador Illa en Cataluña, Sánchez busca reafirmar su liderazgo. Además, el congreso servirá como plataforma para presentar un frente unido ante debates cruciales, como el de la financiación autonómica.
La decisión de adelantar el congreso no es casual. Sánchez aprovecha un momento de «fortaleza» al inicio de la legislatura, consciente de que los desafíos que se avecinan podrían debilitar su posición. Entre estos retos destacan la dependencia de los votos de la formación liderada por Carles Puigdemont en el Congreso y el potencial «daño electoral» que podría causar la cuestión catalana, especialmente en lo referente a la amnistía y el consorcio económico.
Al celebrar el congreso este otoño, probablemente en noviembre, Sánchez busca «aguantar la legislatura» con un partido renovado y motivado. Esto le daría margen de maniobra para, si lo considera necesario, convocar elecciones generales desde una posición de mayor fortaleza.
El adelanto del Congreso Federal desencadenará una serie de cambios a nivel territorial. Se espera que el PSOE renueve sus liderazgos autonómicos antes de finalizar 2024, lo que podría significar la salida de voces críticas como la de Javier Lambán, actual secretario general del PSOE en Aragón. También podrían producirse cambios en federaciones como Madrid o Andalucía, donde los liderazgos de Juan Lobato y Juan Espadas, respectivamente, han sido cuestionados.
Esta renovación busca alinear las estructuras territoriales con la dirección federal, eliminando focos de disidencia interna.
Uno de los temas más espinosos que el PSOE deberá abordar es el de la financiación autonómica. El reciente rechazo de la ejecutiva aragonesa, liderada por Lambán, a la financiación «singular» acordada con Cataluña, evidencia las tensiones internas en este aspecto.
El Congreso Federal podría ser el escenario para presentar un documento que abogue por un nuevo modelo basado en la solidaridad interterritorial, sin entrar en detalles que puedan generar divisiones. Este enfoque buscaría mantener la cohesión interna del partido, presentar una postura unificada frente a la oposición y otros actores políticos, y sentar las bases para futuras negociaciones sobre el modelo de financiación.
En definitiva, el adelanto del Congreso Federal es una jugada audaz de Sánchez que busca fortalecer su posición y la del PSOE. El éxito de esta estrategia dependerá de su capacidad para generar una verdadera renovación y unidad dentro del partido, al tiempo que enfrenta los desafíos políticos y territoriales que se avecinan. Los próximos meses serán cruciales para determinar si esta apuesta logra sus objetivos o si, por el contrario, abre nuevas grietas en la formación socialista.
