La izquierda francesa ha sacado a miles de personas a las calles de toda Francia para protestar contra el presidente Emmanuel Macron. Las manifestaciones, convocadas por el Nuevo Frente Popular (NFP), ganador de las últimas elecciones legislativas, se han extendido por 150 localidades del país, con la principal concentración en París.
Protestas masivas contra el gobierno
En la capital francesa, la histórica Plaza de la Bastilla fue el punto de partida de una marcha que reunió a miles de manifestantes. Bajo el lema «Macron, ¡destitución o revolución!«, los participantes recorrieron 2,5 kilómetros hasta la Plaza de la Nación. Según los organizadores, la manifestación en París congregó a unas 160.000 personas.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI) y figura destacada del NFP, encabezó la protesta en la capital. En su discurso, Mélenchon instó a Macron a aceptar su derrota en las elecciones legislativas y llamó a los manifestantes a una «lucha de larga duración«.
Crisis política y descontento popular
Las protestas reflejan el creciente descontento con la gestión de Macron, especialmente tras el nombramiento del conservador Michel Barnier como primer ministro. Esta decisión ha sido interpretada por muchos como una falta de respeto al resultado de las elecciones legislativas del 9 de julio.
Una encuesta reciente de la cadena BFMTV revela que el 74% de los franceses considera que Macron no ha respetado el resultado electoral. La izquierda acusa al presidente de ceder ante la extrema derecha, representada por el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen.
Consecuencias políticas y económicas
El nuevo gobierno de Barnier se enfrenta a numerosos desafíos, incluyendo una deuda pública elevada y un déficit preocupante. Se prevén medidas de austeridad que podrían aumentar el malestar social, especialmente en relación con la polémica reforma de pensiones.
La situación política en Francia se presenta inestable, con un gobierno que dependerá del apoyo de la extrema derecha para sobrevivir en la Asamblea Nacional. Este escenario augura un otoño caliente en términos de protestas y tensiones sociales.
Las manifestaciones de este sábado marcan el inicio de lo que podría ser un periodo prolongado de movilizaciones contra el gobierno de Macron. La izquierda francesa, unida bajo el paraguas del NFP, parece decidida a mantener la presión en las calles y en las instituciones.
