jueves, diciembre 19, 2024

Auge ultraderechista sacude cimientos democráticos en Alemania

AfD podría ganar por primera vez elecciones regionales en el este del país

Alemania se encuentra en la víspera de un posible terremoto político que amenaza con sacudir los cimientos de su democracia. Este domingo 1 de septiembre, los estados orientales de Turingia y Sajonia celebran elecciones regionales en las que, según las encuestas, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) podría resultar el más votado por primera vez desde la fundación de la República Federal.

El auge de la extrema derecha

La AfD, un partido xenófobo, euroescéptico y prorruso, se alimenta de la decepción con los partidos tradicionales y el miedo a la inmigración. En Turingia, el partido liderado por Björn Höcke, un antiguo profesor de instituto condenado recientemente por emplear en público lemas nazis, podría obtener hasta el 30% de los votos. En Sajonia, las encuestas muestran un empate técnico entre la AfD y la Unión Cristianodemócrata (CDU), ambas superando el 30% en intención de voto.

Este ascenso de la ultraderecha ha provocado una ola de preocupación en todo el país. Comerciantes, empresarios y líderes políticos han hecho llamamientos públicos para votar a «partidos democráticos». La cadena de supermercados Edeka llegó incluso a publicar un anuncio a toda página en los periódicos advirtiendo, mediante un paralelismo con frutas y verduras, que el «azul» (color asociado a AfD) «podría ser tóxico».

Factores que impulsan el descontento

Varios factores confluyen para explicar este auge de la extrema derecha en el este de Alemania:

  1. La decepción con el gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz, cuya popularidad está en mínimos históricos.
  2. La crisis económica y el temor a la recesión en la primera potencia industrial europea.
  3. El debate sobre la inmigración, reavivado tras el reciente atentado islamista en Solingen.
  4. La sensación de abandono en las zonas rurales y pequeñas ciudades del este.
  5. El agotamiento tras décadas de grandes transformaciones desde la caída del Muro de Berlín.

André Brodocz, politólogo de la Universidad de Erfurt, resume la situación: «Cada vez más alemanes orientales están agotados, no han visto cumplidas sus esperanzas y no quieren más cambio. AfD les dice que esos cambios pueden evitarse fácilmente con la política y para algunos votantes son atractivas esas soluciones sencillas a problemas complejos».

Consecuencias potenciales

Una victoria de AfD en estas elecciones regionales tendría repercusiones que trascenderían las fronteras de Turingia y Sajonia. El gobierno federal de Scholz, ya debilitado, podría verse aún más desestabilizado. Aunque un adelanto electoral es poco probable, no se descarta por completo.

Los economistas advierten sobre los efectos negativos que tendría la participación de AfD en los gobiernos regionales. Marcel Fratzscher, presidente del instituto económico DIW, afirma que sería «un experimento peligroso» que podría resultar en «la pérdida de puestos de trabajo, ya que se pondría en peligro la prosperidad y el crecimiento. Además, la sociedad se dividiría aún más».

La respuesta democrática

Frente al auge de la extrema derecha, se ha producido una movilización de la sociedad civil en defensa de la democracia. En ciudades como Leipzig, con una fuerte tradición de activismo desde la caída del régimen comunista, se han organizado manifestaciones y actos en defensa de los valores democráticos.

Burkhard Jung, alcalde de Leipzig, expresa su preocupación: «Lo que me preocupa es el estado de la democracia. Leipzig es un lugar especial porque la experiencia de 1989 sigue teniendo una fuerte influencia y contamos con una sociedad civil que se posiciona con claridad a favor de la libertad y la democracia».

El factor Wagenknecht

Otro elemento que añade incertidumbre al panorama político es la irrupción de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), un partido populista de izquierdas fundado hace pocos meses. En Turingia, las encuestas le otorgan un 18% de intención de voto, lo que le podría convertir en la llave para la formación de gobierno.

La propia Sahra Wagenknecht, figura carismática y mediática, podría desempeñar un papel crucial en la configuración del futuro político de estos estados del este alemán.

Mirada al futuro

Las elecciones de este domingo en Turingia y Sajonia, seguidas por las de Brandeburgo el 22 de septiembre, marcarán un antes y un después en la política alemana. Sea cual sea el resultado, es evidente que el país se enfrenta a un momento de profunda reflexión sobre su modelo democrático y su cohesión social.

Como resume Jan Grosch, un ciudadano de Erfurt: «Se habla mucho de que el 30% de los turingios van a votar a los ultras, pero hay que recordar que el 70% estamos en contra». Esta división refleja el desafío al que se enfrenta Alemania: cómo abordar las preocupaciones legítimas de una parte de la población sin caer en el extremismo y manteniendo los valores democráticos que han sido el pilar de la República Federal desde su fundación.

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