Banco Santander ha dado un paso significativo en su estrategia de remuneración a accionistas, anunciando un ambicioso plan de recompra de acciones y adelantando la toma de decisiones sobre el pago de dividendos. Esta movida, que ha sido bien recibida por el mercado, refleja la confianza de la entidad en su desempeño financiero y su compromiso con la creación de valor para los accionistas.
Detalles del plan de recompra
El banco ha lanzado un nuevo programa de recompra de acciones con las siguientes características:
- Monto total: Hasta 1.525 millones de euros
- Inicio: 27 de agosto de 2024
- Duración máxima: Hasta el 3 de enero de 2025
- Volumen estimado: Aproximadamente 352 millones de títulos (2,3% del capital)
- Precio máximo: No excederá los recursos propios tangibles por acción (4,94 euros a cierre de junio)
Este programa forma parte del primer tramo de la remuneración correspondiente a los beneficios de 2024 y representa alrededor del 25% del beneficio obtenido en el primer semestre del año.
Además de la recompra de acciones, Santander ha anunciado que:
- El consejo de administración decidirá sobre el primer dividendo en efectivo de 2024 el próximo 24 de septiembre.
- Se espera que este dividendo se pague a principios de noviembre, adelantando así el calendario habitual de remuneración.
- Basándose en prácticas anteriores, se estima que este dividendo podría rondar los 1.500 millones de euros.
La noticia ha sido bien recibida por los inversores:
- Reacción bursátil: Las acciones de Santander cerraron con un alza del 2,53%, alcanzando los 4,437 euros.
- Rendimiento anual: La acción acumula una ganancia del 17% en lo que va de año.
- Rentabilidad por dividendo: Se sitúa en el 3,97%, según datos de Bloomberg.
Santander ha proyectado unos beneficios récord de más de 12.000 millones de euros para 2024, lo que implicaría una remuneración total a los accionistas de alrededor de 6.000 millones de euros, distribuidos en dos tramos de 3.000 millones cada uno.
La actual política de remuneración de Santander, vigente desde 2023, establece:
- Reparto del 50% del beneficio ordinario a los accionistas.
- Distribución equitativa entre dividendos en efectivo y recompra de acciones.
- Implementación en dos tramos anuales.
Esta estrategia ha llevado a una reducción significativa en el número de acciones en circulación:
- Actualmente: 15.494 millones de acciones.
- Tras la recompra prevista: Aproximadamente 15.000 millones (mínimos desde 2017).
- Reducción total desde 2020: Más de 2.000 millones de títulos retirados del mercado.
La decisión de Santander de acelerar y ampliar su programa de remuneración a accionistas puede interpretarse como una señal de confianza en varios aspectos:
- Solidez financiera: Refleja la capacidad del banco para generar beneficios sostenibles incluso en un entorno económico desafiante.
- Gestión de capital: Demuestra una estrategia equilibrada entre el crecimiento del negocio y la recompensa a los accionistas.
- Atractivo para inversores: Puede atraer a nuevos inversores y fortalecer la lealtad de los actuales, especialmente en un contexto de alta competencia por capital en el sector financiero.
- Optimización de la estructura de capital: La recompra y amortización de acciones puede mejorar ratios financieros clave como el beneficio por acción.
Sin embargo, es importante considerar algunos riesgos potenciales:
- Incertidumbre económica global: La capacidad de mantener este nivel de remuneración podría verse afectada por cambios en el entorno macroeconómico.
- Regulación bancaria: Posibles cambios en los requisitos de capital podrían limitar la flexibilidad del banco para futuros programas de recompra.
- Oportunidades de inversión: El uso de capital para recompras podría limitar la capacidad del banco para aprovechar oportunidades de crecimiento o adquisiciones estratégicas.
La estrategia de Santander de impulsar la recompra de acciones y agilizar el pago de dividendos es una movida audaz que subraya su confianza en su modelo de negocio y perspectivas futuras. Mientras el mercado ha respondido positivamente a corto plazo, el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad del banco para mantener un crecimiento sostenible y navegar eficazmente por los desafíos económicos y regulatorios que puedan surgir.
Para los inversores actuales y potenciales, esta estrategia ofrece una atractiva combinación de rendimiento por dividendo y potencial de apreciación del capital. Sin embargo, como siempre, será crucial monitorear de cerca el desempeño del banco y las condiciones del mercado en los próximos trimestres.