El exfutbolista danés Nicki Bille, otrora promesa del Villarreal, ha vuelto a los titulares por razones ajenas al deporte. Esta vez, el exdelantero fue detenido por intentar robar productos de escaso valor en un supermercado, desencadenando un violento altercado que lo ha llevado nuevamente ante la justicia.
La caída de una estrella: Del campo de fútbol a la sala del tribunal
Nicki Bille, quien alguna vez fuera considerado una de las grandes promesas del fútbol danés, ha protagonizado un nuevo episodio que lo aleja aún más de los terrenos de juego. El incidente ocurrió en un supermercado local, donde Bille intentó sustraer productos cuyo valor total no superaba los 20 euros, incluyendo un vino de cartón, zumo y sopa instantánea tailandesa.
Lo que podría haber sido un simple hurto se convirtió en un altercado violento cuando los empleados del establecimiento intentaron impedir el robo. Bille, lejos de retroceder, respondió con agresividad física y verbal. Según testigos, llegó a amenazar a uno de los trabajadores diciendo: «Te romperé la mandíbula para que tengas que comer yogur durante seis semanas», mientras lo sujetaba por el cuello.
Este incidente no es un hecho aislado en la turbulenta vida del exfutbolista. Bille, quien en 2010 fichó por el Villarreal con grandes expectativas, ha acumulado un historial de problemas legales que han eclipsado su carrera deportiva.
Un historial problemático: La espiral descendente de Nicki Bille
La carrera de Bille ha estado marcada por una serie de incidentes que han dañado irremediablemente su reputación y su potencial futbolístico:
- En 2019, fue condenado por agredir a un portero de discoteca, amenazar a una enfermera y a un ciclista, y por posesión de cocaína.
- Ese mismo año, fue hospitalizado tras ser tiroteado en su propia casa durante la Navidad.
- En 2018, el Panionios griego rescindió su contrato después de que pasara un mes en prisión en Mónaco, acusado de agredir a dos mujeres en la calle.
- En 2015, recibió una condena de 60 días de prisión condicional y trabajos comunitarios por agredir a un policía en Copenhague, llegando incluso a morder a un agente.
Estos incidentes han marcado un claro contraste con sus inicios prometedores en el fútbol español. Tras su paso por el filial del Villarreal, Bille fue cedido al Elche y posteriormente al Rayo Vallecano, antes de continuar su carrera en Noruega.
La jueza encargada del caso más reciente ha decretado cuatro semanas de prisión para Bille, quien se ha declarado culpable de los cargos. Este nuevo tropiezo legal plantea serias dudas sobre el futuro del exfutbolista y su capacidad para rehabilitar tanto su carrera como su vida personal.
El caso de Nicki Bille sirve como un recordatorio sombrío de cómo el talento deportivo puede verse eclipsado por problemas personales y legales. Su trayectoria, que comenzó con tanto potencial en las filas del Villarreal, se ha convertido en una serie de titulares negativos que poco tienen que ver con el fútbol.
Mientras el mundo del deporte observa con preocupación, queda por ver si Bille podrá encontrar un camino hacia la redención o si este último incidente marcará el final definitivo de una carrera que alguna vez prometió grandeza en los campos de fútbol europeos.
