El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado un ambicioso plan para abordar la crisis migratoria que enfrenta España, proponiendo cubrir 250.000 puestos de trabajo con migrantes regulares. Esta iniciativa, enmarcada en lo que el Ejecutivo denomina «migración circular», busca ofrecer una alternativa ordenada a la inmigración irregular que está sometiendo a una creciente presión a territorios como Canarias y Ceuta.
La propuesta de Sánchez: una solución controvertida
Durante su gira por África, que incluyó visitas a Mauritania, Gambia y Senegal, Sánchez ha defendido la necesidad de impulsar flujos migratorios «circulares» y ordenados. El objetivo es doble: por un lado, satisfacer la demanda de mano de obra en sectores clave de la economía española y, por otro, restar fuerza al tráfico de personas y la inmigración irregular.
«La contribución de los trabajadores migrantes a nuestra economía es fundamental para la Seguridad Social, las pensiones… Para España la migración es riqueza, desarrollo y prosperidad», afirmó Sánchez durante su visita a Nuakchot, la capital mauritana.
El modelo de migración circular
El modelo de migración circular propuesto por el Gobierno español implica la formación de personas en sus países de origen para que posteriormente trabajen en España durante periodos específicos, generalmente vinculados a campañas agrícolas o necesidades puntuales de otros sectores. Estos trabajadores se comprometen a regresar a sus países una vez finalizado el periodo laboral acordado.
Actualmente, España tiene acuerdos de migración circular con siete países: Marruecos, Honduras, Colombia, Ecuador, Argentina, Uruguay y Senegal. La reciente gira de Sánchez ha servido para ampliar esta lista, incluyendo a Mauritania y Gambia.
Según datos proporcionados por el Gobierno, en lo que va de 2024, un total de 20.515 trabajadores han participado en proyectos de migración circular. Aunque estas cifras son aún modestas, el Ejecutivo considera que tienen un amplio margen de crecimiento.
Más allá de estos programas específicos, fuentes gubernamentales señalan que España necesitará entre 200.000 y 250.000 inmigrantes al año hasta 2050 para mantener su Estado de bienestar. Estas proyecciones se basan en estudios del Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
La propuesta de Sánchez no ha estado exenta de críticas. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado al presidente de «alentar un efecto llamada» y de ser «irresponsable» al ofrecer 250.000 empleos para inmigrantes durante su viaje oficial a África.
«En vez de ir a África a combatir las mafias, Sánchez promociona España como destino. Al revés que el resto de la UE. Quien venga, contrato en origen y carta de cumplimiento de nuestras leyes», sentenció Feijóo.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha respondido a estas críticas acusando a Feijóo de «abrazar ya abiertamente las tesis más xenófobas de la extrema derecha» y de mostrar «una falta de responsabilidad y humanidad absoluta».
Albares ha instado a la oposición a apoyar al Gobierno en esta cuestión, recordando la situación crítica que enfrentan territorios como Ceuta y Canarias.
Medidas adicionales y cooperación internacional
Paralelamente a la promoción de la migración regular, el Gobierno ha implementado nuevas medidas de control. Desde hoy, se exigirá a los ciudadanos de Mauritania estar en posesión de un visado de tránsito aeroportuario para transitar por las zonas internacionales de los aeropuertos españoles.
Además, se ha lanzado el comité empresarial mauritano, con el objetivo de proporcionar información y herramientas a las empresas españolas interesadas en invertir en Mauritania. Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de España de destinar 200 millones de euros en los próximos cinco años para fomentar el comercio y la inversión en el país africano.
La propuesta del Gobierno busca encontrar un equilibrio entre las necesidades económicas de España, la presión migratoria y la obligación de proporcionar vías seguras y legales para la migración. Sin embargo, el debate político en torno a esta cuestión promete ser intenso en los próximos meses.
